
Con la llegada de las fiestas navideñas, desde OPRA se recuerda la importancia de mantener una actitud preventiva para reducir los riesgos más habituales que se producen en los hogares durante estas fechas.
Las celebraciones, las comidas copiosas y la decoración navideña incrementan la probabilidad de incendios, caídas, atragantamientos y envenenamientos, especialmente cuando hay niños, personas mayores o mascotas en casa.
Prevención de incendios
Es fundamental revisar el estado de la iluminación navideña, utilizar luces certificadas y evitar sobrecargar enchufes o regletas. El árbol de Navidad debe colocarse lejos de fuentes de calor y, en el caso de chimeneas o estufas, estas deben estar limpias, protegidas y siempre vigiladas. Las velas, si se utilizan, nunca deben dejarse sin supervisión. También es recomendable contar con detectores de incendios y de monóxido de carbono.
Prevención de caídas
El árbol debe estar bien asegurado y no obstaculizar zonas de paso. Es importante evitar cables por el suelo y extremar la precaución al colocar adornos en altura o utilizar escaleras.
Prevención de atragantamientos
Durante las comidas y celebraciones conviene comer despacio y con moderación. Especial atención merecen las uvas en Nochevieja, los frutos secos, caramelos duros y las figuritas del roscón, especialmente en el caso de niños pequeños y personas mayores. Aprender la maniobra de Heimlich puede resultar clave en una situación de emergencia.
Prevención de envenenamientos
Debe garantizarse una correcta ventilación en viviendas con aparatos de combustión y evitar el uso de braseros de carbón o leña. El alcohol debe mantenerse fuera del alcance de los niños y consumirse con responsabilidad. También conviene recordar que algunas plantas típicas de Navidad, como la flor de pascua o el muérdago, son tóxicas para niños y mascotas.
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