Acceso Colegiados

“Las administradoras y los administradores de fincas colegiados son aliados indispensables en nuestro trabajo”

El concejal de Vivienda, Goyo Zurro, recibe al Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Bizkaia para debatir sobre la relación y colaboración entre ambas instituciones

 

Goyo Zurro, responsable de la Concejalía de Vivienda del Ayuntamiento de Bilbao y presidente de Viviendas Municipales de la Villa, recibe al Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Bizkaia para conversar sobre la importancia de la colaboración entre ambas instituciones. Antes de entrar en materia sobre asuntos convivenciales como la accesibilidad o la gestión diaria de las comunidades municipales, pone en valor la labor de nuestros colegiados: “Son un elemento imprescindible para la gestión de la convivencia en la ciudad. El tiempo que pasamos en casa suele ser un tercio de nuestro tiempo vital, por lo que es fundamental que impere la convivencia. En este punto, un administrador de fincas eficiente es fundamental”.

¿Cree que la convivencia vecinal en Bilbao es buena?

Sí, aunque eso no quiere decir que haya, como en cualquier cesto de manzanas, alguna que esté un poquito más pasada y se suelan generar problemas. Pero la verdad es que Bilbao es una ciudad muy tolerante y las personas que viven aquí saben vivir y convivir. Los problemas siempre se intentan arreglar con la palabra o mediante sistemas de mediación y arbitraje, y nunca se llega, salvo casos muy contados, a problemas graves.

¿Y cómo es la convivencia en aquellas comunidades en las que el Ayuntamiento de Bilbao es propietario?

Son 650 comunidades con un sistema particular. Cada arrendatario de una vivienda pública municipal tiene que suscribir una carta de compromiso, la llamamos “Carta de Compromiso Social Común”. En ella, se comprometen a respetar las normas estatutarias de cada comunidad y a hacer todo lo posible por que se realice una convivencia pacífica. Cuando alguien que ha firmado ese acuerdo se lo salta, nosotros le recordamos que tiene ese contrato firmado y, generalmente, funciona. Cada vez, el vecindario está más informado de cuáles son sus derechos y deberes. Además, el trabajo de los profesionales que están en las comunidades de propietarios se deja notar. Enseguida que hay un problema, actúan.

¿Qué tipo de problemas son los más habituales?

Generalmente son molestias por ruidos. En algún caso, también de deterioro: que no se cuiden los elementos comunes o que se haga algún tipo de vandalismo.

Las Viviendas Municipales cumplen 100 años. En la actualidad, viven en ellas casi 9.000 personas. En todo este tiempo, ¿cómo ha cambiado el parque inmobiliario municipal?

Cuando se creó la Junta de Viviendas en el Ayuntamiento de Bilbao en agosto de 1918, de lo que se trataba era de “proveer” (así lo decían los estatutos) a las clases que menos posibilidades tenían de “habitaciones higiénicas y baratas”. Por aquel entonces, había un grave problema de alojamiento, de subarriendo y de chabolismo. De aquellas habitaciones higiénicas y baratas, hoy estamos en el derecho subjetivo a la vivienda. Es decir, que en estos 100 años, hemos pasado de una legislación muy amplia sobre la vivienda a que cualquier ciudadano y ciudadana de Euskadi, que cumpla una serie de condiciones objetivas, pueda reclamar el que la Administración le provea de una vivienda o de una ayuda para tener una.

¿Cómo son esas viviendas?

Han evolucionado mucho. Tenemos un parque de viviendas antiguo que, de media, tiene 47 años. Y vamos haciendo cosas poco a poco: ya disponemos de más de 2.500 viviendas con ascensor y casi el 20% de los edificios tienen algún sistema de producción de energía mediante sistemas renovables.

¿Y las comunidades?

De las 650 comunidades que llevamos, solamente 80 son exclusivamente de titularidad municipal. El resto son compartidas entre viviendas que tiene el Ayuntamiento con otros propietarios privados. Es decir, que estamos funcionando con las comunidades y los administradores de fincas.

¿Cómo valoran su trabajo desde el Ayuntamiento de Bilbao?

Son unos aliados indispensables. A pesar de que tenemos una relación muy estrecha con nuestros inquilinos y arrendatarios de viviendas municipales (nos cuentan muchas cosas), los administradores de fincas gestionan muchas más cosas (reformas, derramas…). Somos un organismo con 50 empleados y no podríamos estar tan en el día a día de lo que pasa en las comunidades sin su apoyo. Es un apoyo básico y fundamental, y es un alivio poder contar con profesionales que saben hacer su trabajo, que lo hacen bien y que nos mantienen informados.

¿Cómo ve el futuro colaborativo entre el Colegio T. de Administradores de Fincas de Bizkaia y el Ayuntamiento?

Es una de las claves del futuro para una ciudad como Bilbao, que apuesta por una transformación urbanística y también de carácter social. Hoy por hoy, todos los edificios, todos los portales de la ciudad tienen un administrador de fincas en casa al frente de sus asuntos. Donde no lo tienen, generalmente, es donde se pueden dar mayores problemas de convivencia. Por eso, es básica la colaboración y, desde luego, una de las claves del futuro de la gestión de la vivienda pública.

 

ACCESIBILIDAD DE LOS EDIFICIOS

¿Podría hacernos un diagnóstico resumido de la situación en que se encuentra en materia de accesibilidad el parque inmobiliario de Bilbao?

Euskadi tiene el parque de viviendas más antiguo del sur de Europa. Esto es lo primero que hay que tener en cuenta. Eso quiere decir que tenemos edificios de muy buena calidad constructiva, a pesar de ser edificios de 80 años, pero que no están preparados con los sistemas de accesibilidad que hoy se necesitan. Aun así, de todas las viviendas de Bilbao, aproximadamente el 17% o el 18% son las que hoy carecen de ascensor.

Y el ascensor es un elemento básico en una vivienda, especialmente para aquellos con problemas de movilidad…

Sí, te da una solución básica para poder llegar a casa, pero nuestra ciudad también tiene unos condicionantes orográficos muy concretos. Y es que, a pesar de disponer de un ascensor en la vivienda, a lo mejor es muy difícil llegar con una silla de ruedas hasta tu propio portal. Bilbao es la ciudad que más ascensores o elementos de movilidad urbanos en la calle tiene. ¿Queda por hacer? Mucho, porque nuestra situación orográfica es la que es. Bilbao es un “botxo” y se construyó muchísimo en los 70 en las laderas. Es decir, que el Ayuntamiento de Bilbao tiene que actuar en los dos sitios: mejorar la accesibilidad en la calle (y en ello estamos) y ayudar a las comunidades de propietarios a poder instalar su ascensor.

¿Cómo?

Ayuda económicamente, pero sobre todo generar las condiciones objetivas y también legales para que se puedan hacer los ascensores. Y, de forma particular, en Viviendas Municipales, favorecemos e instamos a instalar ascensores y mejorar la accesibilidad del portal. Ya hemos intervenido en aproximadamente unas 600 viviendas.

¿Dónde es urgente intervenir?

Otxarkoaga es un lugar difícil porque, cuando instalamos un ascensor, hay que modificar toda la caja de escaleras del edificio. Aunque ya hemos realizado algunas intervenciones, tenemos un acuerdo con el Gobierno Vasco para desarrollar un proyecto de rehabilitación y de regeneración urbana potente en Otxarkoaga. Lo llamamos “Orain Otxar”. Pretendemos intervenir en varios edificios de vivienda y también en edificios culturales.

¿Cree que tiene sentido que la comunidad tome la decisión de instalar o no un ascensor? Algunas asociaciones de personas con alguna discapacidad reclaman una modificación legislativa para que se pueda instalar un ascensor en un portal aunque no se apruebe por mayoría.

Es una pregunta difícil y la respuesta probablemente no deje contento a nadie. Las decisiones tomadas democráticamente siempre son las más justas o, por lo menos, las menos injustas. Pero es verdad que, cuando hay un condicionante con un problema de movilidad, todos deberíamos ser más sensibles a la hora de intentar apoyar. Y, cuando digo todos, no solo vecinos y vecinas de esa persona, sino también las administraciones. Aproximadamente el 80% de los edificios y las viviendas de Bilbao se construyeron antes de 1980. Hace ya 38 años. Y, claro, los edificios y las viviendas de Bilbao necesitan una reforma sustancial: en accesibilidad, en eficiencia energética, etc. Puede darse el caso de que los propietarios, si tuviesen ese dinero, pudieran instalar el ascensor. Pero ¿y si no tienen dinero? Ahí es donde, desde la Administración, deberíamos intentar buscar fórmulas imaginativas.

¿Cómo cuáles?

A veces, no hace falta hacer la obra y el ascensor. A esa persona se le puede ofrecer una vivienda pública accesible o adaptada y que su vivienda en propiedad se ceda a un programa de intermediación de alquiler de las administraciones. En algunos casos se hace. Así es que las personas que vivan en esa situación, que tengan problemas de movilidad y no vayan a poder ver su ascensor puesto en mucho tiempo, deberían saber que existen este tipo de fórmulas y solicitarlo a la Administración.

 

CONTRATACIÓN PÚBLICA Y FORMACIÓN

El Programa de Contratación entre Surbisa y el Colegio T. de Administradores de Fincas se inició en 2009. Son ya 9 años de acuerdo.

De nuevo, la fórmula colaborativa público-privada es básica para que una ciudad marche. En el caso de Surbisa, que tiene que promover acuerdos entre diferentes para poder hacer todos los procesos de rehabilitación que lleva a cabo, es fundamental que haya unas cuantas empresas o administradores de fincas que estén ahí siempre dispuestos a eso. Son buenos acuerdos.

El Colegio T. de Administradores de Fincas de Bizkaia cuenta con 560 colegiados y colegiadas, ejercientes el 83%. Uno de los aspectos fundamentales en la vida del Colegio es su formación. En el último cuatrimestre de 2018 se han organizado 5 jornadas de formación con una media de asistencia alta, de entre 80 y 90 colegiados. Hacemos un gran esfuerzo.

La formación es interesante y, a la hora de organizar acciones formativas, conviene abrirlas a todo el sector. Es decir, tratar de crear un panel que pueda resultar de interés a todo el sector: tanto para un administrador de fincas como para un constructor, por ejemplo, ya que ambos están implicados en la rehabilitación de una vivienda. Cuanta más pluralidad haya en estos aspectos formativos y más sectores de la comunidad de la vivienda participen en este tipo de formaciones, mejor. Beneficia al intenso debate público que se está produciendo sobre la vivienda, las nuevas fórmulas de acceso a ella y hacia dónde debería ir en el futuro.

A diario, la relación entre los/as administradores/as de fincas colegiados/as y la Administración es muy intensa, ya que realizan multitud de trámites para gestionar ayudas, inspecciones, etc. ¿Habría algo que mejorar en ese día a día?

Aquí cada uno hace bien su trabajo, pero muchas veces no lo ponemos en común y no sabemos exactamente hasta dónde llega la labor de uno y del otro. Conocer todo eso sería fundamental. Hoy, el Ayuntamiento pone a disposición la web, que permite a los administradores de fincas tramitar online muchos asuntos. Sin embargo, es básico que la relación entre ambas figuras sea fluida porque la inspección o la medición de ruidos hay que hacerla en el momento. Si un administrador de fincas tiene una llamada de un propietario de un edificio y le dice que está oyendo ruidos, si tuviera acceso directo a quienes realizan las mediciones, al departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento o a la Policía con un sonómetro, sería más fácil dar solución al problema. Porque no lo olvidemos nunca: el problema siempre es de un ciudadano, propietario o no. Y al Ayuntamiento le interesa dar respuesta cuanto antes. Además, estamos abiertos a cualquier proceso o elemento innovador que implique una mejora. Siempre hemos sido muy receptivos.